jueves, 8 de septiembre de 2011

Eso que NO hay que hacer en momentos de crisis.

Por momentos todos creemos que nuestra vida está plagada de infortunios. Que solo a nosotros nos pasan todas esas cosas terribles, que los demás tienen vidas más tranquilas. Puede que algunos hayan tenido que pasar por una mayor cantidad de esos eventos que sacuden el alma y que hacen que nos planteemos toda nuestra existencia. Pero la verdad es que todos nos planteamos si lo que estamos haciendo está bien. Que si nos estamos dirigiendo a buen puerto. Por dentro todos llegamos a ser mentes en crisis. 
Yo soy de esos que creen que tienen una cuota de desgracias en la vida más grande que la media. Eso no me impide vivir día a día. Pues ya que estoy acá no me voy a dedicar a gastar oxígeno nomás. Pero no siempre pienso así. La verdad es que muchas veces cuando me pasan cosas jodidas (Como ahora que no estoy en el mejor de mis momentos) no soy capaz de seguir adelante. Me estanco, no logro avanzar. Por más que tengo responsabilidades, no las cumplo. Pero sí hago creer a los demás que las estoy cumpliendo. Me ahorro discursos que sé que no van a cambiar la forma en la que actúo. La verdad es que sé que no estoy haciendo nada productivo conmigo mismo cuando me mando cagadas. Pero igual lo hago. Porque hay una parte de mí a la que le gusta saber que no soy capaz de cuidarme a mí mismo. Es lo que yo denomino "autosabotaje". La cura para eso se encuentra en tratar de mantener la actitud positiva. Lo cual no es fácil cuando me torno autodestructivo. ¿Cuánto peor es no cumplir mis responsabilidades siendo consciente de ello que no darme cuenta de ello? Tiene una cuota extra de culpa. Y en realidad le da algo de adrenalina al asunto. Llegar a salvar exámenes sin prepararme correctamente en el año. Me resulta más meritorio que el esfuerzo de la tortuga. Pero sé que está mal. Y no se siente bien la mayoría del tiempo. Es por eso que en esos momentos en los que no sé donde estoy parado y tiro todo por la borda. Sé que está mal. Pero me tengo que desaparecer. Esta semana en particular solo fui a clases el lunes. El resto de los días me quedé en cama hasta el mediodía. Con la esperanza de que al otro día si me iba a levantar temprano e ir a clase. Sabiendo que está mal. Pero a su vez de cierto modo disfrutando no ser capaz de cuidarme a mí mismo. Porque así le puedo echar la culpa a alguien más de mi fracaso. Así puedo ser dependiente de mi familia. Así me puedo odiar a mí mismo. Porque odio ser dependiente.

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