martes, 11 de octubre de 2011

FLASH DE MARTES DE NOCHE ESCUCHANDO MÚSICA DE OTROS TIEMPOS

Crecemos, cambiamos, hacemos catarsis, nos metamorfosizamos. Por fuera podemos ser lo opuesto a lo que alguna vez fuimos. No hay fronteras en cuanto a lo que la apariencia física nos determina. Hay ejemplos extremos que comprueban lo que digo. No es que me interese hablar de las cirugías estéticas hoy. ni de tintas de pelo ó lentes de contacto. Pero sí quiero dejar en claro que lo que somos por fuera puede no tener nada que ver con quién fuimos y somos por dentro. Porque la verdad es que por más cambios que tengamos en el exterior; por dentro a veces somos los mismos niños de siete años, los miedos pueden ser los mismos, las metas también.
Cuando era chico tenía este sueño de ser padre de familia, estar casado con una de mis compañeritas de la escuela, de hecho recuerdo que siempre que le pedía un deseo a un panadero le pedía casarme con ella. Esta historia se remonta a cuando tenía siete años. Hoy día puede que me dé terror la idea de casarme con una mujer, sólo pienso en lo miserable que seríamos por vivir en una farsa. Pero la idea de la familia sigue estando bien en lo profundo mío. Creo que estaba más enamorado de la idea de la casa y el perro, y los muebles, y los niños que de la chica en sí. Es una simple fantasía nomás.
Esto funciona de igual forma con los miedos creo, en algún momento de mi infancia me volví un niño muy tímido. Muy reservado, creo que tuvo que ver con el punto de que a los adultos les incomodaba la idea de hablar con un niño distinto. Eso me llevó a mucho rechazo, es por eso que hoy soy un tipo muy cerrado si no es con mis amigos. Le tengo un miedo extremo a la mirada de rechazo de los demás. No sé por qué me impotra tanto la opinión de los demás.
Pero no todo es malo de ser el mismo niño. Me gusta estar en contacto con esa parte de mí. Es esa porción de mí mismo en la que se concentran mis sueños, mis inocencias, No quisiera perder esa parte de mí. Con lo bueno, con lo malo.

domingo, 2 de octubre de 2011

Mi mayor miedo

        Hasta hace poco pensaba que mi mayor miedo era a la soledad, que no podía tolerar la sensación de estar solo. Sin nadie, eso cambió hace poco, aunque no me di cuenta. Ahora que estoy escribiendo esto percibo que en realidad nunca voy a estar completamente solo y que a veces disfruto de la compañía de mí mismo. El que es mi mayor miedo y el que más afecta mi vida es el temor al fracaso. Alcanza tales niveles que en vez de esforzarme en exceso por conseguir algo no me esfuerzo en lo más mínimo porque le tengo miedo a esforzarme por algo, a tenerle fe a algo y en retorno no recibir lo que espero. Llegué a la conclusión que me conozco demasiado bien, que sé qué puedo lograr y qué no. Con y sin esfuerzo, Y si algo realmente amerita mi esfuerzo y no lo puedo eludir lo dejo para el final. Esto funciona de este modo principalmente con mis estudios. Y es algo que odio de mí. Mi terapeuta dice que no es tan así, que en realidad me esfuerzo por lo que realmente quiero. Yo no estoy tan seguro.
        Los miedos van cambiando con el tiempo, como es así muchas de las cosas que de niño me asustaban hoy día no me producen el más mínimo temblor, pero no tengo que olvidar que cuando tenía siete años por ejemplo tenía el rey negro del juego de ajedrez al lado de mi cama por si venía Drácula de noche. Ni que siendo un poco más grande no me gustaba que  mi familia conociera a mis amigos por lo que se pudieran enterar de mí ambas partes, si olvido todo esto y solo me entiendo a mí mismo entonces no puedo ser capaz de entender a nadi más. Y eso no está bueno.
        Como los miedos cambian yo tengo la esperanza de perder esta conducta producto de mi miedo al fracaso. Porque de eso se trata la vida al fin y al cabo. No soy por dos minutos el mismo. Mis miedos son efímeros, y no tengo que dejar que me controlen, no hay que ser esclavo de los miedos. No vale la pena.

viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Me gusta?

        La historia que voy a contar a continuación se refiere a un chico que conozco hace mucho mucho tiempo y a mí. Para que sea más sencillo de ahora en más cuando me refiera a este chico me voy a referir a él como "Martín", aunque no es su verdadero nombre.
Ya ni me acuerdo cuando lo conocí, sé que fue hace mucho, lo tenía en mi msn viejo... Supongo que habrá sido a fines del 2010. Empezamos hablando, y habíamos pegado cierta onda creo. Aunque éramos muy distintos. Tampoco me acuerdo por qué motivo un día en el primer trimestre del 2011 nos peleamos. Por alguna razón no lo eliminé. Sólo lo desadmití. Nos quedamos sin hablar por cerca de cuatro o seis meses. Yo conocí otra gente, asumo que él también. Y después de ese lapso volví a hablar con Martín. Me caía bien en el fondo, pese a que en ciertos asuntos teníamos creencias bastante distintas. Seguimos hablando un tiempo y un día vino a casa. Para ese momento yo todavía no había besado a ningún chico. Entonces medio en broma, medio en serio (En realidad no fue en broma en lo más mínimo) le dije si le podía dar un beso. Al final creo que me costó un poco convencerlo, se lo di y "estuvimos" (Le comí la boca, ó me la comió). Me gustó; la experiencia. No porque fuera particularmente con él. Sino por lo que significaba. Por suerte nada cambió en nuestra relación. Pasaron un par de meses y seguimos hablando, yo conocí y salí con otras personas. Hablaba con él en cierto modo como un referente porque tiene bastante más experiencia que yo y me aconsejaba. 
         
        Cuando fui a bailar a Caín él fue el amigo con el que fui. Si bien pasé un buen rato porque estaba conociendo un lugar nuevo, hacía un tiempo que sentía que nuestra relación se había quedado de cierto modo estancada. Y no fue precisamente por Martín que pasé un buen rato. Digo, me gustó ir con él. Pero como que estaba desconectado de todo. Sobre las cinco de la mañana llegó el chico con el que se iba a encontrar, llamémoslo Juan. A Juan yo lo conocí en el 2010 también, antes que a Martín. Nos habíamos caído bien mutuamente, según él me había dicho dejé de hablar con él porque estaba en pareja en aquel momento. Yo no recuerdo que me gustara particularmente, ni que quisiera algo con él. Aunque conociéndome puede ser probable. Juan había conocido a Martín un tiempo antes de esa noche en la que habíamos ido a bailar, y se gustaban. No sé si cuando fue Juan sentí celos. No, no sentí celos en lo más mínimo. Pero una de las razones por las que de hecho encaré al chico de la campera de cuero que describo en una de las entradas anteriores es porque me sentía de paleta, se notaba que querían estar juntos y que Martín no quería dejarme solo (Odio, y digo ODIO sentirme de paleta en algún lugar).

        Desde esa noche como que la relación no es la misma. Traté de retomar los lazos de "amistad" con Juan, pero no se dio. Hubo cero química (de amistad obviamente, creo en la química de amistad también) Y con Martín simplemente nos distanciamos muchísimo. Hace un buen tiempo que no hablamos y que no lo veo conectado. Creo que me desadmitió. Fue por eso que le mandé un sms anoche. Hoy tengo planeado ir a bailar con un chico que conocí el miércoles. No sé qué esperar de este chico con el que voy a salir. Lo invité a ir con nosotros en el mensaje de texto. Me había contestado un mensaje anterior que le había mandado. Pero este no. Lo que yo creo es que no me gusta, pero que yo lo llegué a querer más que él a mí. Aunque sea como un amigo. No me mata estar ó no con él. No sé si particularmente lo extraño. Y si siguiera con mi patrón de abandonar gente (que lo tengo) lo eliminaría de todos lados y lo daría por muerto, siento que mi orgullo no puede soportar otra acción de este tipo. No me gusta, pero tenía esperanzas de sacar una gran amistad de ahí, debe ser esa relación. Me siento estúpido por estar escribiendo esto. 
Definitivamente no me gusta el drama en las relaciones, nunca he tenido problemas en cerrar esas relaciones que se vuelven muy complicadas. Así que creo que lo más típico de mí sería dar esto por terminado, No queda nada por esperar.

domingo, 18 de septiembre de 2011

ESTUPIDEZ

La noche de ayer fui por primera vez a un boliche gay. Me gustó, la pasé bien. Fue una experiencia distinta, disfrutable. Los chicos estaban buenos, y hay miradas que se entrecruzan, otras que no. Aunque por más que no sea virgen, sí fui un gil. Ya eran cerca de las 6:00AM cuando cruzo miradas con él. No era el pibe más atractivo del boliche, tenía una apariencia rockera, campera de cuero, algo de barbita, me le acerco. Le pregunto "¿Estás solo?" me dice que sí... Me dice que quiere pasarla bien. Y sin saber mucho más que su nombre y edad terminamos en un rincón. Al principio eran besos. Después me baja la cabeza, no doy sexo oral, en general. Esta vez lo hice. Después él a mí. No sé cuánto rato estuvimos juntos, tuvimos incluso a un chico mirándonos. La pasé bien, me gustó. Después ya me quería ir, estaba con dos amigos que también estaban en lo suyo en otro rincón. Nos vamos, no le di mayor importancia. Ahora estaba hablando con uno de los que salí ayer. Yo estaba convencido de que el SIDA no se podía contagiar por vía oral. Me equivoqué. Me siento raro ahora. Enrentándome a la situación de que existe la posibilidad que ese desliz pueda sentenciar el resto de mi vida a una dependencia de medicamentos. Me considero alguien educado, tuve educación sexual en los institutos educativos. Me creía informado. Si yo cometí ese error del que ahora me arrepiento porque me sacó algo que tenía, que era la seguridad de que estaba sano. ¿Cuántos han cometido errores igual o peores y se han cagado la vida por no estar informados? Tengo miedo, ya no voy a dormir igual. Voy a tener que analizarme en un tiempo. Me siento estúpido. Jugué con fuego, espero no haberme quemado.

martes, 13 de septiembre de 2011

VIVIR EL ARTE

Hay pocas cosas que sé de mi futuro. De hecho no sé nada en realidad, el futuro es una incertidumbre en todos los aspectos; Una sorpresa que se devela lentamente. Hace un par de años una decisión que parecía mínima me cambió la vida, no sé quién sería hoy si no estuviera "explotando" mi veta artística, me libera, me hace feliz. Una parte de mí sueña con vivir de ese arte que hago. No sé si alguna vez podré, no sé si seré capaz. Una porción de quien soy cree que va a tener que emigrar para buscar oportunidades que valgan la pena. Que acá no voy a estar haciendo un verdadero aporte a la sociedad, porque a nadie parecen importarle las manifestaciones artísticas en el analfabetismo en que se vive. Siento que al soñar con vivir del arte acá, sueño con un imposible, que es nadar a contra corriente. Desgraciadamente puede que sea cierto. Releyendo la sección de espectáculos del diario "El País" encontré esta columna que pasa desapercibida, escueta y larga, de esas que pocas veces se le presta atención más que al título. Pero me llamó la atención. Titulada "Uruguay ausente", me llegó a conmover. No es que haya llorado, pero sí me hizo sentir una nostalgia. Por algo que se fue hace rato, que ni siquiera viví. Primero se habla del Uruguay del pasado, aquel país que para su tamaño y cantidad de habitantes tenía una producción artística inmensa. Y después relata brevemente que en la 8° Bienal del Mercosur en Porto Alegre; Un encuentro de artes visuales, Uruguay no estuvo presente en la exhibición porque según las autoridades que organizaron la Bienal no encontraron ningún autor que calificara en nuestro país.
Uruguay es un país en el que en promedio (Me impactó cuando lo escuché) un ciudadano acude a una sala de cine 0,3 veces al año. Un país donde me tocó ir a obras de teatro en salas casi que desiertas. Un país en el que no sé donde está la gente.
Como lo veo, la gente vive en una nube de pedos, en la que los programas de televisión más vistos son aquellos que resultan más discriminativos, más vacíos. En el que un niño debe consumir más coca-cola que fruta. ¿Qué futuro hay? ¿Qué incentivos hay para el arte? Me resulta casi que imposible creer que en esta misma tierra hace menos de un siglo había personas que eran poetas/dramaturgos/escritores, etc y que aparte eran escuchados en la sociedad, eran leídos, vistos, respetados. Suena como un cuento de hadas de una tierra lejana. No dudo que haya gente que todavía se dedique al arte, y que viva de él. Que produzca trabajos de gran calidad como me ha tocado ir a ver. Pero me impacta de una forma tan, pero tan negativa ver que esta gente no es escuchada por las masas. En definitiva esta es la naturaleza de las cosas. Nacen, viven y mueren. ¿Pasará eso con las artes uruguayas? ¿Estamos entrando en una edad media del siglo XXI? ¿Estamos condenados al oscurantismo como país? ¿Hay algo que se pueda hacer más que escapar?

domingo, 11 de septiembre de 2011

"Were the world mine"

 "Era el mundo mío",  una forma más poética para decir "El mundo era mío". Es esta película de 1h36m de duración, independiente, norteamericana que hace que todo chic@ que espera enamorarse no pierda las esperanzas, la recomiendo. No hubo un solo aspecto que me dejara desconforme, aunque en una review que leí se resaltó que las partes musicales dejaban algo que desear por el presupuesto disponible. Eso para mí no fue un problema, no espero que una película sea perfecta, simplemente que sea una obra de arte, algo lindo de ver, algo que me haga pensar. Incluso hay un cierto atractivo en que una película sea independiente y de bajo presupuesto. Que los actores usen la misma prenda más de una vez le da un cierto valor a la prenda, hace que sea más real. Todos sabemos que el armario de Carrie es una mera fantasía del mundo consumista.
Las líneas de Shakespeare son increíbles, llegan a hacer que los sentimientos afloren. Al final del día esas son el tipo de película que me hacen feliz, no una superprosucción de Hollywood donde todo es perfecto, los actores están con un maquillaje y peinado adecuado en cada momento. El cuentito de la infancia ya no es suficiente para mí, en una película u obra espero algo más.
Volviendo a "Were the world mine", tiene un trasfondo en la obra "Sueño de una noche de verano" de Shakespeare. Esta pseudoversión contemporánea protagonizada por este chico homosexual que está en su último año de secundaria, vive con su madre (el padre los dejó, se relaciona con el hecho de que el es gay) y tiene un par de amigos que lo acompañan en el sufrimiento del bullying (¿Hay una palabra en español? Igualmente la expresión ya se entiende sin problemas entre personas de habla hispana, como el O.K.) y ese chico del que está enamorado que está en el equipo de rugby y no tiene apariencia de gay en lo más mínimo. El evento clave que desencadena la acción es la profesora de literatura/teatro que decide preparar "Sueño de una noche de verano" en una escuela solo de hombres, por lo que hay personajes femeninos que tienen que ser interpretados por hombres. Lo que desata el debate de si es correcto que se hombres se vistan de mujer,en este pueblo homofóbico de las afueras de Chicago.
Timothy (Tanner Cohen) entre las páginas de su versión de la obra encuentra la receta para crear la flor que si se frota el jugo de sus pétalos en los que duermen hace que se enamoren de la primer criatura que vean al despertarse.
Imáginense eso en su barrio... No hay que agregar más, este chico produce una serie de parejas homosexuales y de paso enamora a su querido compañero.
Al final, luego de enredos de amor y otros más, todo vuelve a la normalidad, pero aquellos que no comprendían la homosexualidad, o la consideraban un acto antinatural, la entienden ahora. En definitiva es amor (En la película, no hablemos en la vida real porque sería entrar en otros temas).
En fin... Una de esas películas que me dejaron con una sonrisa, espero haga lo mismo con otros.

¿Por qué habría de sorprenderme?

Tengo un hábito que no sé si es el más común entre los hombres de la comunidad homosexual uruguaya. 2X3 entro a estas páginas de "ruleta" en las que hay hombres masturbándose frente a sus webcam y se pueden ver entre sí. Hay que admitir que es mejor que mirar pornografía. Se siente más cercano. Incluso llega a ser tan real que es como el sexo con desconocidos. Son palabras, promesas en el momento. Y ni bien se termina existe alguna excusa por la que se tienen que ir.

Nunca y digo NUNCA me sucedió que alguien se quisiera quedar a hablar después, a conocerse. Con el tiempo aprendí a no esperar nada de alguien que se para en frente a su webcam a autosatisfacerse sabiendo que alguien se excita con él. Es tan real. Cada día que pasa espero menos de los hombres que conozco, espero menos romance, menos sentimiento. En definitiva somos hombres y lo que nos interesa es el sexo. Esta es una de esas cosas en la vida en las que quiero estar equivocado. Quiero desear que no sea así. Que exista alguien que me demuestre que en realidad es mentira, que existe el amor detrás del acto sexual. Poco a poco, paso a paso yo me transformo en uno más de esos hombres que no esperan el amor. Me pregunto si llegará un día en el que aparezca ese alguien que quiera que lo quiera y yo no me daré cuenta. Porque estaré pensando solo en sexo. Si es así entonces me arrepentiría de todo este camino que recorro. Pero ¿Qué más puedo hacer? Eso de sentarse a esperar el hombre perfecto no me va. Me niego a ser esa persona que vive en una tierra de fantasías. Aceptar quien soy, lo que tengo. Y hacer lo mejor que pueda a partir de eso. Y si mañana me convierto en un desalmado por esto. Pues, no sabía hacerlo de otra forma.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Eso que NO hay que hacer en momentos de crisis.

Por momentos todos creemos que nuestra vida está plagada de infortunios. Que solo a nosotros nos pasan todas esas cosas terribles, que los demás tienen vidas más tranquilas. Puede que algunos hayan tenido que pasar por una mayor cantidad de esos eventos que sacuden el alma y que hacen que nos planteemos toda nuestra existencia. Pero la verdad es que todos nos planteamos si lo que estamos haciendo está bien. Que si nos estamos dirigiendo a buen puerto. Por dentro todos llegamos a ser mentes en crisis. 
Yo soy de esos que creen que tienen una cuota de desgracias en la vida más grande que la media. Eso no me impide vivir día a día. Pues ya que estoy acá no me voy a dedicar a gastar oxígeno nomás. Pero no siempre pienso así. La verdad es que muchas veces cuando me pasan cosas jodidas (Como ahora que no estoy en el mejor de mis momentos) no soy capaz de seguir adelante. Me estanco, no logro avanzar. Por más que tengo responsabilidades, no las cumplo. Pero sí hago creer a los demás que las estoy cumpliendo. Me ahorro discursos que sé que no van a cambiar la forma en la que actúo. La verdad es que sé que no estoy haciendo nada productivo conmigo mismo cuando me mando cagadas. Pero igual lo hago. Porque hay una parte de mí a la que le gusta saber que no soy capaz de cuidarme a mí mismo. Es lo que yo denomino "autosabotaje". La cura para eso se encuentra en tratar de mantener la actitud positiva. Lo cual no es fácil cuando me torno autodestructivo. ¿Cuánto peor es no cumplir mis responsabilidades siendo consciente de ello que no darme cuenta de ello? Tiene una cuota extra de culpa. Y en realidad le da algo de adrenalina al asunto. Llegar a salvar exámenes sin prepararme correctamente en el año. Me resulta más meritorio que el esfuerzo de la tortuga. Pero sé que está mal. Y no se siente bien la mayoría del tiempo. Es por eso que en esos momentos en los que no sé donde estoy parado y tiro todo por la borda. Sé que está mal. Pero me tengo que desaparecer. Esta semana en particular solo fui a clases el lunes. El resto de los días me quedé en cama hasta el mediodía. Con la esperanza de que al otro día si me iba a levantar temprano e ir a clase. Sabiendo que está mal. Pero a su vez de cierto modo disfrutando no ser capaz de cuidarme a mí mismo. Porque así le puedo echar la culpa a alguien más de mi fracaso. Así puedo ser dependiente de mi familia. Así me puedo odiar a mí mismo. Porque odio ser dependiente.

sábado, 3 de septiembre de 2011

EL CEBOLLA

Esta última semana he estado absorbido por la lectura y un resfrío que me ha tenido encerrado desde hace dos días. Aunque me he pasado en casa no he estado por largos ratos en la computadora y lo que me he dedicado a escribir ha sido en papel nomás. No siento que tengo demasiado que decir. Aunque sí he llegado a una conclusión: Soy ignorante. Me falta aprender mucho del mundo, de los sentimientos, de las personas y de todo lo que existe. Por esto creo que no voy a estar publicando tan seguido entradas. Pero me propongo aumentar la calidad de las mismas. Que no seas meros borradores de momento, que sean trabajos más pulidos. Una parte de mí no se cree capaz de comprometerse en actividades que requieran un arduo esfuerzo por mi parte. Estoy en una lucha interna, hay una parte de mí que quiere lograr cosas grandes con mi vida, que quiere llegar lejos. Que se quiere sentir realizada. Pero hay otra parte que disfruta del letargo en el que a veces me encuentro. A veces me veo luchando conmigo mismo. Con mis miedos, con mis inseguridades, pese a que todo el tiempo soy la misma persona no puedo evitar sentirme como una cebolla; que se compone por capas  distintas entre sí.

sábado, 27 de agosto de 2011

INÚTIL INÚTIL INÚTIL

Así es como me siento cuando emprendo en la tarea de crear algo. De hacer algo que tenga sentido, de hacer algo de lo que me pueda sentir orgulloso. Últimamente he estado con baja autoestima. Siento que soy una copia mala de lo que quiero ser. No quiero ser como nadie. Pero me siento como uno de esos dvds piratas que cuando los empezás a ver te das cuenta que fue alguien que llevó una cámara al cine y se escucha pésimo y se ve torcido. En fin, es una copia mala de la película. Es mala porque no brinda la misma sensación que la real. Así me siento yo. Cada vez que intento crear algo veo como surgen millones de ideas. Pasarlas a papel y que tengan sentido pasa a tener otra dificultad. Al final puedo darme cuenta que el texto final no tiene sentido alguno ó emerge como una visión borrosa de lo que en realidad quería decir. Ó logré transmitir en papel/pantalla la idea que tenía, y la comprendo, y me siento orgulloso. Esto no ocurre siempre. Pero el hecho de que pueda llegar a ocurrir vale la espera. La vida es una gigantesca sala de espera. Todos esperamos ese gran amor de nuestras vidas, ó sino esperamos un título que nos de la capacidad de ejercer en la carrera que amamos, ó el primer hijo, ó etcétera.
Yo lo que espero es tener mayor conociemiento, así poder comprender el mundo un poco mejor y decidir qué quiero hace con mi vida. No es fácil, requiere esfuerzo. Es lo mismo que ir al gimnasio para esculpir el cuerpo. Sólo que lo que se esculpe es la mente.
Deseo ser un ser con mi mente esculpida porque no soportó la idiotez, y menos soporto darme cuenta que soy un estúpido. Aparte, en el proceso de adquirir conocimientos y tomar decisiones de vida. veo como dejo de ser la copia trucha de la película y soy la original.

jueves, 25 de agosto de 2011

PLANTEO SINCERO

-¿Cuánto pesa la apariencia cuando se busca conocer un macho?
Una foto minúscula, de la cara, del cuerpo tiene un peso enorme cuando conozco a alguien nuevo en un chat, es ese momento en el que después de hablar por 5 minutos y encontrar a una persona que aparentemente me cae bien. Puede hacer que ya me imagine saliendo a algún lado ó que busque la manera más cortés de decirle adiós y que quede implícito que no me interesa hablarle nunca más. Es un pensamiento completamente superficial, pero sincero.
-Suponiendo que conocí a un Juan Pérez (No es hermoso ni feo) ¿Qué es lo próximo que le veo?
Ahí es cuando el contenido de la charla empieza a tener importancia, cómo escribe, de qué habla, qué le gusta, qué hace con su vida. Todos esos son factores que influyen cuando conozco a alguien nuevo. Si me resulta alguien estúpido, alguien hueco ya no me queda razón para hablar con él. En cambio si me resulta una persona con cerebro. Alguien que piensa; Ya me comienza a atraer a un nivel más serio.
-¿No es prejuicioso tu pensamiento? Asumiendo que alguien es inteligente ó no por hablar 10 minutos. ¿Quién sos vos para juzgar a los demás de esa forma?
Mi pensamiento es prejuicioso sí, me creo más inteligente que la media, pero cuando hablo con alguien con cerebro, alguien que piensa, no logro más que sentirme increíblemente estúpido. Es como ahora, escribiendo, no uso palabras complicadas, digo lo que pienso, entonces me siento estúpido. Entonces siento que antes de escribir y publicar debería tener un mayor conocimiento de lo que hablo.
No digo directamente usar términos complejos para decir cosas simples, sino para eso agarraría un diccionario de sinónimos y ya sería suficiente. Sino escribir cosas claras y profundas. Cosas con sentido, cosas que sirvan. Quizás no debería seguir escribiendo. No me sentiría estúpido al menos.


domingo, 21 de agosto de 2011

Un borrador de hace unos días, no siento que esté terminado.

La salud total de los seres vivos es un estado inalcanzable. El cuerpo humano siempre se está sometiendo a desequilibrios del medio externo. Por lo que en todo momento tiene que estar generando respuestas para preservar la existencia del mismo. Dado que la vida como la conocemos es un conjunto de reacciones químicas. Para que estas reacciones se puedan dar las moléculas tienen que poseer sus estructuras menos estables. Estas estructuras hacen que esntonces la vida sea un estado de desequilibrio porque las moléculas cuando están con sus estructuras más estables no pueden realizar reacciones químicas esenciales (ej. La conducción de impulsos nerviosos motores desde mi cerebro hasta mis dedos que me permite estar escribiendo en este momento se produce por una reacción de catión sodio y el anión cloro). Aunque por más que nunca se alcance la salud completamente. Sí puedo seguir respirando y viviendo porque mi sistema inmunológico reponde frente a los estímulos del medio externo preservando mi vida.

Si nosotros los seres humanos estamos compuestos por moléculas. Y todas estas moléculas que nos constituyen exhiben el mismo comportamiento que nosotros como individuo en su conjunto, entonces puedo afirmar que las propiedades con las que acabo de describir a las moléculas se aplican a mí como persona. Decidí tomar este ejemplo porque me permite dar una clara perspectiva de lo que opino sobre la felicidad. La felicidad así como la salud es un estado inalcanzable en su absoluto. Podemos ser completamente felices por momentos efímeros en comparación con la duración de la vida. Pero aún así siempre perseguimos la felicidad. Así como nuestras moléculas persiguen el estado de salud absoluto Es la naturaleza de nuestra psiquis. Por más que en algunos momentos pensemos que no, siempre existe la capacidad de levantarse de las derrotas y salir nuevamente a la lucha. Esos momentos minúsculos de alegría valen toda una vida de búsqueda. 

Tercer entrada?

-¿Qué soy?

-¿Qué me define?

Lo que se me ocurre responder es que lo que me define es una conjunción entre lo que físicamente y pscológicamente soy, lo que quiero ser en mi cabeza y cómo reacciono frente a ello. Por eso es que siempre que se toma una acción hay que pensar que hay un pensamiento detrás de esa acción; Un deseo. Entonces nunca se puede estar seguro de que si lo que lo que hacemos es un producto de nuestros deseos evidentes, o simplemente una mera pantalla a algo oculto. El arte tiene eso. Mirar un cuadro, ver una película, escuchar una canción. Todo ello esconde un objetivo oculto, siempre hay algo que se quiere expresar. Un mensaje a ser descubierto. La grandeza de nosotros espectadores es mirar más allá. Saber que lo que define las cosas así como a las personas es algo que supera el plano de lo que conocemos en nuestra vida diaria. Que lo que se muestra no es todo. Que hay una belleza en lo que no se muestra también. Mi objetivo con esta entrada es el de pedir que vean más allá. Eso es parte de lo grandioso de ser humano. Tener la capacidad de pensar, de ver lo oculto. Y cuando se puede ver más allá es maravilloso. Cuando yo veo más allá de lo que es obvio me siento maravilloso. Siento que aprovecho mi potencial. Porque para mí de eso se trata la vida. De ser una conjunción entre lo que soy y lo que quiero mostrar. Aceptar mis limitaciones y aspirar a más. No soporto la vida del conformismo. No soporto el quedarse en lo banal, en lo cotidiano. Y eso es lo que quiero ser y eso es lo que quiero que me defina. 

viernes, 19 de agosto de 2011

Mi primer desencuentro

Acabo de llegar a casa. Hoy casi que no pasé en casa. Estuve ocupado todo el día. Para rematar la jornada me iba a encontrar con un chico que conozco por internet hace un tiempo e íbamos a ir al cine. El caso es que a eso de las 5PM volví a casa para merendar, y para no mucho más porque tenía que salir a las 5:30PM. En eso miro el celular para ver si tenía algún mensaje y me doy cuenta que no tiene batería. Apresurado lo pongo a cargar y me preparo algo para merendar. Cuando me quise dar cuenta ya era la hora de irme y todavía me quedaban cosas por hacer. Cuando estaba por salir de casa recordé que había dejado mi MP3 en la cama y lo fui a buscar. Apurado, llegando tarde ni me di cuenta que había dejado mi celular cargando. 
Habíamos quedado de encontrarnos a las 7:40PM en el cruce de dos avenidas importantes. Yo salía de otro lado pasadas las 7PM y tenía que hacer un doble viaje en Bus para llegar al punto de encuentro. Con el tiempo justo agarro el segundo ómnibus. Y mientras estaba sentado decido fijarme en si me había llegado algún mensaje del chico con el que me iba a encontrar o de cualquier persona. Fue en ese momento que me di cuenta que había dejado el celular en el enchufe de la pared de la puerta de mi cuarto. Sobre la silla. Decidí que eso no iba a determinar nada. Que pese a que no tenía conmigo el único instrumento que tenía para comunicarme con él igual lo iba a encontrar. Llego a destino. Justo a tiempo. Son cinco minutos pasada la hora pactada (Aunque no muchos lo hagan aún uso reloj de pulsera. Ha resultado ser extremadamente práctico en ocasiones como esta) Ya debe estar por ahí pensé yo. Decido esperar en una de las cuatro esquinas. Son calles amplias las dos avenidas y no se ve demasiado sobre las otras esquinas. No habíamos dicho en ninguna esquina en particular. Fue ahí que me di cuenta que iba a resultar problemático lograr encontrarlo. Pasaron 5 minutos más, 10, 15, 20, así hasta que eran las 8:15PM. Había decidido que ese era mi tope. Aparte había empezado a lloviznar y no tenía paragüas. Sólo mi capucha. Comienzo a caminar por una de las avenidas camino al cine. En eso se mezclan varios sentimientos: Impotencia por haber sido incapaz de encontrar a una persona sin usar mi teléfono, angustia porque una parte de mí pensaba que lo habían dejado plantado, molestia por no saber qué había sucedido. Mientras iba caminando los sentimientos cambiaban. Yo me mojaba con la llovizna. En un momento no recuerdo si dejó de lloviznar o simplemente me metí en una calle que estaba protegida por las hojas de los árboles. No fui escuchando música camino al cine. Dentro mío, muy dentro mío sabía que no me había dejado plantado. Sabía que algo había surgido, o que simplemente habíamos sido incapaces de encontrarnos. Me siento un cagón por no haber ido caminando de esquina en esquina. Viendo si lo encontraba. Estaba muy preocupado pensando en que la gente se iba a dar cuenta que me habían dejado 'tirado'. Me preocupo demasiado por lo que piensa la gente. En fin. La película fue agradable. Me vine a casa y acá estoy. Resultó que si había ido y nos desencontramos. Nos mensajeamos ahora. Está todo bien, solo queda un eco de la frustración que sentí. Desearía que hubiera sido distinto. Pero siempre hay una primera vez para todo, incluso para desencontrarse.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Un mensaje de Esperanza

Agradezco a ese par de personas que se han pasado por este pequeño rincón de mí para dejar sus comentarios. Los leí y me resultaron de valor. En principio hoy iba a hacer una segunda parte de lo que fue el primer post. Siendo esta segunda parte más de análisis que de contar algo. Sin embargo hoy mientras volvía a casa me puse a pensar en otra cosa. Y eso es sobre lo que voy a escribir hoy. Estoy abierto a sus críticas y a sus opiniones. 

Me puse a pensar hoy en la esencia de lo que nos compone. Esos pilares que son base de nuestras opiniones y de nuestras acciones en la vida diaria. Y de repente me di cuenta de algo. Mis premisas base de la sociedad y de la vida han ido cambiando con el tiempo. Lo que alguna vez fue una verdad ciega para mí; hoy no lo es. Y viceversa. Las razones: La adquisición de conocimiento y el conjunto de las experiencias de mi vida. Mi "sistema simbólico" sería si se habla en términos de filosofía. Como consecuencia se tienen un sinfín de fenómenos. Por ejemplo la madurez y la capacidad de entender cosas que antes no podía entender. Colocarme en lugares a los que antes me resultaba imposible. Claro que ahora estoy hablando de mí. Pero esto que estoy diciendo es aplicable a todos los seres humanos. 

Entonces afirmo que sí es posible una sociedad sin prejuicios ni inequidades. Solo se necesitan procesos de reeducación social. Una "invasión" de mensajes de tolerancia para la sociedad. Así lentamente aquellos pilares de prejuicio de la sociedad lentamente se van a ver desplazados por otros nuevos. El ser humano ya no es salvaje (en apariencia) entonces es hora de que deje de serlo espiritualmente. El acto de imponerse por sobre los demás es salvaje. Es hora de comprender que uno es todo. Es hora de comprender que no hay diferencias y que cada uno es libre de decidir lo que quiera con su vida siempre y cuando sea algo productivo para él y para la humanidad. Ó ¿Será que algunos hombres ya han sido tan corroídos por la sociedad que no tienen posibilidad de vivir en una sociedad igualitaria? Si es así entonces hay que tratar de que para las generaciones futuras el camino ya esté trazado para que puedan seguir adelante en busca de una sociedad justa. Si logramos transformar la especie humana hasta convertirla en lo que somos hoy; no tiene que ser tan imposible lograr la igualdad. 


Una idea que me parece se puede desarrollar mucho. Por razones de tiempo y otras no voy a seguir ahora. Pero espero sea un tema que pueda volver a tratar en el futuro.

martes, 16 de agosto de 2011

Primer publicación

Inspirado por el blog de un joven que recorrió la blogósfera y llegó de casualidad a mi vista; Decidí empezar el mío. Hace un par de años comencé a escribir cuando sentía que tenía que decir algo. Cuando era niño las cosas más importantes las escribía como cartas. Las cartas que he escrito han significado mucho para mí, en una ocasión hace algo así como cinco años le dije lo más doloroso que jamás le dije a alguien a través de una carta. Dos por tres la veo a esa carta y me sigue causando dolor. Aparte de eso en estos últimos meses he estado escribiendo lo que siento en un diario que encontré en mi casa del año 1989 y en la computadora. Los documentos los guardo y poca importancia les doy después. A veces los releo. Decidí que este primer post iba a estar dedicado a un tema que comunmente no se trata. La autodiscriminación. Es un fenómeno que se presenta en los grupos marginados y que profundiza las brechas entre las minorías de todo tipo y las mayorías. Puedo pensar en dos recuerdos que se me vienen a la cabeza cuando hablo de este tema. El primero tiene que ver con la discriminación a los pobres. Y el segundo es más bien personal. Cabe aclarar que tengo dieciocho años, vivo en Montevideo y soy homosexual/gay/marica/tragasable/etcétera. Estoy seguro de que me faltan algunas palabras para referirse a nosotros. Son demasiadas.

Autodiscriminación:
                             1) Hace cerca de un año estábamos un grupo de compañeros del liceo estudiando en la casa de una amiga para los exámenes de diciembre si no me equivoco. La madre de la chica que vive en esa casa es técnico sanitaria, por lo que le paga a un hombre para que levante las tapas de los edificios que tiene que inspeccionar porque en ocasiones pueden ser pesadas. El hombre había venido con su hijo de cinco años y al final tras idas y venidas se quedó con nosotros mientras ellos salían a hacer esos trabajos. No me acuerdo si el niño quería hablar con nosotros o solo mirar televisión. Pero nosotros en un momento de cero ganas de estudiar empezamos a hablar con él. Las típicas preguntas: ¿Cuántos años tenés? ¿Qué te gusta hacer? ¿Vas a la escuela? ¿Te gusta la escuela? Lo que nos sorprendió a nosotros fueron sus respuestas. El caso es que tenía cinco años, le gustaba jugar al play-station, a veces iba a la escuela (Después mi amiga que ya lo conocía nos explicó que iba lo mínimo indispensable para que su familia pudiera cobrar la asignación familiar) y tampoco le gustaba la escuela. A nosotros nunca nos habían dado por opción no ir a la escuela, al liceo o a la universidad. Porque desde chicos nos habían dicho que la educación es lo que garantiza el futuro y que hay que esforzarse por ello para tener una buena vida. Este niño parecía ajeno a todo ello. Siguiendo hablando con él le preguntamos ¿Qué queres hacer con tu vida? Creo que respondió que no sabía. Entonces ahí surge otra pregunta ¿No te gustaría tener una casa linda y un auto cuando seas grande? y en ese momento escucho las palabras que me quedan hasta hoy día en mi cabeza: "Yo no puedo" - Era claro que el niño estaba siendo educado en un hogar donde no alimentaban sus sueños. Donde se le decía que él no iba a lograr nada en la vida. Donde se autodiscriminaban de la sociedad y no explotaban los potenciales que podían alcanzar. Cuando yo tenía cinco años recuerdo claramente que pensaba que a los catorce años me iba a ir a vivir solo. Y que a los dieciocho iba a sacar la libreta de conductor y tener una camioneta 4x4. Hoy vivo con mi familia, y si bien no tengo una 4x4 al menos tengo libreta de conductor y la posibilidad de manejar. Pero de chico de necesita soñar, auqnue sea con Utopías. Y si este chico ya con cinco años no sueña ¿Qué vida le puede esperar?

                            2)Hace algo así como cinco años que no tengo un amigo hombre. La razón: La autodiscriminación. Supe que era homosexual hace algo así como tres años. Pero desde hace más tiempo dejé de tener amigos hombres. Me incomodaba mucho hablar de chicas porque nunca había estado con una. Esa puede ser una de las causales. Pero hoy día que he aceptado mi identidad sexual. No puedo acercarme demasiado a un hombre heterosexual. Puedo tener amigos homosexuales. Y de hecho los tengo. Pero me siento incómodo de tener un amigo heterosexual. En parte porque siento que no tengo tema de conversación. En parte porque tendría miedo de sentir algo hacia él. Todos los grupos que son minorías en algún momento se autodiscriminan de los demás por no creer que están a la altura de las circunstancias. Que son menos. La pregunta entonces es la siguiente ¿De cuántas experiencias de vida nos estamos perdiendo por no creernos suficiente? El miedo es un factor, ciertamente. Pero una vida en la que no enfrentemos nuestros miedos es menos vida que una vida plena.
Espero que disfruten conociendome en este camino. Y que este blog los pueda ayudar en aquellos momentos que necesitan al alguien. Porque NUNCA ESTÁN SOLOS